miércoles, 5 de noviembre de 2014

ESTEPONEROS ILUSTRES

MIGUEL LÓPEZ RAMÍREZ

El último romántico

Mi amigo Miguel López Ramírez, es un ilustre esteponero por méritos propios. Treinta y pico de años como cartero y actor de teatro dan para mucho. Los méritos que atesora para inmortalizar su figura son múltiples y variados.
Adquirir la categoría de personaje, supone en mi humilde opinión, ser una persona querida y admirada por todos sus vecinos, ya sea, en su faceta personal como profesional o artística. Y Miguel es querido, respetado y admirado por toda Estepona, al igual que lo era Juan Ponte, Roque Bellido u otros personajes ilustres.
Un cartero que reparte cartas con esa alegría y una sonrisa es un regalo del cielo, aunque a veces nos traiga una carta de hacienda o una multa, y nos echemos a temblar.
Miguel es artista desde que su madre lo parió, su hábitat natural es un escenario, donde se mueve como el macho montés en lo alto de un risco, libre y seguro de sí mismo. Es un pedazo de actor que domina todos los géneros, aunque a mí me guste especialmente en la comedia.
Son treinta años y pico haciendo  teatro por amor al arte, amor a la cultura y amor a su pueblo, robándole horas a la familia y sin recibir un euro a cambio, manteniendo vivo el espíritu de un género cultural excelso, el teatro; ensayando a veces en sitios tercermundistas, sin medios técnicos y con más moral que el Alcoyano. (Recuerdo los ensayos en un local nauseabundo del antiguo matadero municipal). Fueron muchos los que abandonaron por distintos motivos el grupo de teatro municipal de Estepona, pero Miguel siguió al pie del cañón, enarbolando la bandera que puebla de sueños los problemas cotidianos y ahí sigue, en primera línea de combate, dando ejemplo a los jóvenes que comienzan e intentan aprender de su magisterio. Miguel forma parte del elenco de grandes actores del país, podríamos estar viéndolo en cualquier gran serie de una cadena de ámbito nacional, pero Dios que es sabio ha querido que lo disfrutemos en un pueblo tan hermoso y especial como Estepona. Y él tampoco ha tentado a la suerte en los cientos de castings que a diario hacen en Madrid o grandes capitales, ha dejado la vida seguir su curso y acaso respetar los designios del Señor.
Pero sus múltiples facetas no acaban ahí, a Miguel le persiguen las luces del escenario y cantar es otra de sus pasiones, una afición que pone al servicio de hermandades y colectivos sin ánimo de lucro. Al igual que ha realizado numerosas obras de teatro de carácter benéfico.
Creo que Miguel López Ramírez reúne todos los requisitos para tener un huequecito en algún rincón del pueblo dedicado a su figura, ya sea, una calle, un pasaje, la primera fila del teatro “Felipe VI”, el vial de acceso al mismo o alguna sala de este teatro con su insigne nombre.
Detesto la adulación fácil e hipócrita que tanto abunda en la sociedad y tiene fiel reflejo en Facebook, pero creo que comparten todo cuanto he dicho de Miguel. Es verdad que somos amigos  y hemos compartido grandes momentos de mi vida, pero la amistad no ha nublado  mi razón, ni mi sentido de la justicia artística y humana.


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